02 KS Por la Sostenibilidad

¿Es posible un mundo sostenible?
Un mundo sostenible es posible, pero para ello se necesitan esfuerzos y cambios no vistos hasta ahora en cuanto a tecnología y compromiso cívico por parte de todos.
Hay mucho por hacer en estrecha colaboración entre estamentos oficiales y ciudadanía y serán necesarios recursos económicos y humanos para conseguir una buena transformación ecológica.
Entre esos cambios contamos con avances tecnológicos que han permitido que las bombillas incandescentes sean ya historia, para dar paso "al diodo emisor de luz", o lo que es lo mismo, la iluminación LED (del inglés Light-Emitting Diode).
Son muchas las diferencias entre las bombillas incandescentes y las LED que hacen que la balanza se incline, claramente, a favor de las bombillas LED.
La eficiencia energética es una de ellas. Las luces LED transforman alrededor del 85% de la energía que consumen en luz, mientras que las incandescentes sólo convierten en luz un 10% aproximadamente. El resto de energía se convierte en calor y se desaprovecha.
Del mismo modo si analizamos el consumo de vatios, vuelve a ganar con clara diferencia la luz LED. Una bombilla incandescente necesita entre 60 y 70 vatios para conseguir alrededor de 900 lúmenes; una luz LED de 10 vatios alcanzará sin problemas la misma cantidad total de luz.
La vida útil de una luz LED puede oscilar entre las 25.000 y 50.000 horas. Una bombilla incandescente tan sólo llegará a las 2.000 horas.
A todo esto hay que unirle el escaso impacto medioambiental que tienen las luces LED, que pueden ser reutilizadas en otro procesos de fabricación, cumpliendo perfectamente con el concepto de reciclaje que imperaría en un mundo sostenible.
Tan sólo el precio se decanta a favor de las bombillas incandescentes cuyo coste de venta es más barato que el de las LED. Pero esto hay que verlo siempre con perspectiva, ya que teniendo en cuenta la gran diferencia de vida útil de unas y otras, a medio y largo plazo la luces LED acaban convirtiéndose en la opción más económica, más aún si tenemos en cuenta que el ahorro en nuestra factura de la luz mes a mes también será importante.
Así que ya sabes, un mundo sostenible es posible, pero depende de todos.
Cada gesto que realizamos por cuidar nuestro entorno, por insignificante que parezca, ayuda a proteger y mejorar la vida en nuestro planeta, el planeta que heredarán nuestros hijos y nuestros nietos.
Aún estamos a tiempo.
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